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Cambian los tiempos, cambian las herramientas y evolucionan las técnicas, pero la esencia es la misma. La vendimia es el último acto del campo, el gran final de un espectáculo cargado de tradición y esfuerzo. Asoma el otoño y se recogen las tan esperadas uvas, el fruto de todo un año de trabajo, mientras asoman los colores rojizos que van a ir tiñendo los viñedos de nuestra amada Rioja. Ahora que vamos terminando la vendimia, el campo va quedando en calma. Una nueva cosecha, el mismo ritual.
Tan entrañable y mágico momento ha sido plasmado en innumerables obras a lo largo de la historia. Y es un auténtico placer para la vista poder contemplar estas obras de arte que reflejan momentos tan reales y naturales de una vida y un trabajo que aquí conocemos muy bien.
Ya en el antiguo Egipto se conocían prácticas de vendimia muy similares a las actuales. En la necrópolis de Tebas, en la XIX Dinastía (año 1295 a 1186 a. C), se encontró esta pintura mural que capta varias figuras recogiendo racimos.
Uno de los cuadros más representativos de este acontecimiento es La vendimia o el otoño de Francisco de Goya. Esta obra, encuadrada dentro del romanticismo, está fechada en el año 1789 y el paisaje bien parece sacado de los campos de La Rioja, aunque es probable que se trate de la Sierra de Gredos. Goya pintó esta obra dentro de una colección dedicada a la cuatro estaciones. Y el otoño, estación de Baco, lo simbolizó con la vendimia.
El pintor valenciano de la luz, también plasmó en una serie de bocetos, además de su pincelada más impresionista, unas fantásticas escenas de un día de vendimia en una finca de Jerez del año 1914. Estas escenas de jóvenes vendimiadoras con el atuendo típico de la época para este menester son un auténtico tesoro.
Fuera de nuestras fronteras, en nuestra vecina Francia, fue Vincent van Gogh, principal exponente del postimpresionismo, quien también dedicó una pequeña parte de su obra a esta tradicional fiesta vitivinícola. Curiosamente, El viñedo rojo cerca de Arlés fue la única obra que el artista neerlandés vendió en vida. En ella de nuevo contemplamos a mujeres vendimiando en una escena de la vida cotidiana de la Provenza.
Con esta pequeña muestra, como si de un modesto museo se tratara, queremos homenajear y despedir nuestra vendimia 2017, de la que obtendremos unos deliciosos vinos de Rioja. Dejaremos descansar los viñedos, exhaustos ahora del fruto ofrecido, para volver a ponerlos pronto a punto con mucho mimo y cuidado. Es el turno ahora de la bodega. ¡Salud, arte y vino!
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