Nuestras raíces se hunden en esta tierra a lo largo de generaciones.
Aquí se halla el alma de San Cebrín, en nuestra unión con un paraje que, a través del tiempo, ha forjado a personas que aman y cuidan su hogar.
San Asensio es un pueblo de larga tradición vitivinícola, la relación entre sus gentes y la viña está documentada desde el siglo XV.
Una forma de vida que, generación tras generación, ha pasado de padres a hijos, transfiriendo sus conocimientos y su forma de trabajar. Comprometidos con el medio ambiente y orgullosos del legado recibido.
No es necesario remontarse mucho en el tiempo para toparse con la máxima unión entre cultura del vino y artesanía.
Hasta hace unas pocas décadas, cada familia contaba con su bodega particular en la que elaboraba su propio vino. Hoy en día, todas estas bodegas, con sus calados, lagos, prensas y trujales se mantienen como símbolo de una herencia cultural, un legado y un patrimonio inolvidables.