Junio, el mes más riojano

1)Visita San Asensio y Bodega San Cebrín. Para sentirse un riojano, hay que tener una cuadrilla y un buen lugar donde hacer las chuletillas. Por eso, primero conoce nuestra bodega; prueba sus caldos, empápate de nuestra pasión y nuestros espacios (te vamos a enseñar calados antiguos y te vamos a enseñar cómo se hacen las cosas en el presente. En definitiva, vamos a viajar en el tiempo). Conoce qué somos y qué hacemos, verás que a simpatía y profesionalidad no nos gana nadie. Después, como todo buen riojano, queda en el bar de siempre, toma un vino con un pincho y ve a preparar las gavillas para preparar el fuego del asado que vamos a catar. Y, muy importante, ¡come con la mano! Esto le da el toque final. Por el camino, disfruta de nuestro pueblo, de sus gentes, de su plaza, de su iglesia…

2)Paisaje. Cualquier momento es especial para descubrir y disfrutar del paisaje del viñedo. En 2015 fue declarado Bien de Interés Cultural. Así que sube a cualquier cerro cercano a San Asensio y disfruta de este maravilloso espectáculo que la naturaleza nos da en cualquier época del año.

3)Naturaleza. Por supuesto, nuestro río Ebro. Asómate al meandro que hay al lado de San Asensio, disfruta viendo su recorrido o camino a su lado observando la flora y la fauna tan rica que posee.

4)Briones. Otro bellísimo municipio del que también puedes disfrutar y que además, algunos de nuestros socios provienen de él. Aquí encontrarás la casa más antigua de La Rioja.

5)Y lo más importante, disfruta de la gente. Este territorio, siempre fue un lugar de frontera. Así que aquí puedes encontrar lo mejor del País Vasco, Navarra, Aragón y Castilla. Nadie se siente extraño en La Rioja porque sus habitantes son abiertos y amables. Déjate llevar por las costumbres. Apoya el brazo en la barra de un bar, escucha a las personas que estén allí (seguro que te van a preguntar de dónde eres); deja que te asesoren con vinos, pinchos y sitios que visitar. Disfruta del vino y de su cultura. Prueba toda la rica gastronomía que hay. Piérdete en cualquiera de sus recorridos naturales. Entra en un calado tradicional y siente cómo el tiempo te lleva siglos atrás entre esas cuevas y paredes horadadas en la tierra.

Y sobre todo, vuelve.

Porque te seguiremos esperando con los brazos abiertos. Porque queremos que una parte de ti se sienta riojana; haga patria, del que ya será, su vino y hable a todos sus amigos de que como en La Rioja, en ningún sitio.